lunes, 9 de abril de 2018

Hoy llueve. Yo quería mucha lluvia. La he tenido de la voluntad del cielo. Mis novelas van bien. Me está saliendo una road movie y la historia de un punki que va a conocer a un hombre muy confundido que anda con muletas. Luego saldrá una chica que nació en Turín y otro amigo que canta canciones clásicas en bares de Madrid. Será un trío de amigos. Y saldrá una drogodependiente solitaria y triste. Y una crítica a las ideas de ZP. Pero acabará bien. Quiero que acabe bien en la medida de lo posible. Los personajes me guiarán, no impondré mi voluntad a los personajes, los quiero vivos. Hoy comeremos de dieta. No tenemos pan. Hay que ir por él. Llueve y llueve. Es un abril lluvioso, como debe ser. Parece que el clima recobra salud. Espero que este verano sea intenso y divertido y no me pase nada. Los trigos serán abundantes este año. La fruta de verano vendrá gordal y habrá setas de primavera. La nieve hará mucho bien a los ríos que estaban exhaustos. A lo mejor, este verano me voy de pesca. Las truchas están esperándome. Sacaré las lombrices más gordas de la tierra y las engancharé al anzuelo y con mucho cuidado engañaré a la astuta trucha. Iré en bici al río. Antes la tengo que arreglar. Hay que ir con cuidado, no asustar a la trucha, que es muy lista y ponerle el cebo en la nariz.

Si tienes ilusión, el futuro es muy bonito.

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