jueves, 15 de febrero de 2018

Son las seis y media de la madrugada. No para de cantar el mirlo. No hiela. Se está bien en pijama. A lo mejor las personas sueñan con un mundo mejor tan insistentemente que molestan al mundo con sus sueños.
Sería mejor que el mundo mejor ya existiera para no tener que soñarlo y desearlo siempre, con tanta convicción.
Yo deseo mi mundo mejor escribiendo pequeñas historias que a lo mejor se hacen grandes si esos personajes de los que escribo me sobrevivieran de algún modo y tomaran vida propia como cualquier vecino al que le ha pasado de todo un poco.
La vida está llena de personajes que no son literarios, ni siquiera son todo lo humano que desearían ser, pero van viviendo.
La vida es ese regalo que se obtiene de la mano de Dios y de uno mismo, basta empujarla un poco con delicadeza suficiente para que vaya delante de nosotros y no detrás, como un niño pequeño que llora.
Nietzsche fue un gran filósofo del que apenas he leído nada. Hay tantos filósofos que deberían haber nacido en los tiempos en que no había filosofía para que resultaran más creíbles.

Si sueñas, realiza tu sueño; si vives, realiza tu vida.

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