jueves, 29 de junio de 2017

Estos días he estado preocupado por la inyección que me pusieron hace un mes y ahora, el día 27 pasado, me la tenían que volver a poner. Resulta que una enfermera mayor y quizás por eso, torpe, me hizo un daño de modo que anduve medio cojo pues del glúteo se me pasó a la pierna el dolor. Estuve así dos semanas. Como mi enfermero está de vacaciones, me tocó la misma enfermera pero se lo advertí: me pusiste mal la inyección. Ella decía no sé qué del precipitado. Me la ha vuelto a poner bastante mal y siento dolor al andar. Encima, llevo desde el domingo pasado con unos ardores grandes en el estómago y para rematar, he estado con dolor en la lengua no sé si por una llaga o es que me he mordido al dormir. Hoy, me he levantado mal porque me han dado muchos ardores mientras dormía y no se me han pasado del todo. Encima, hace un tiempo ventoso que me pone mal y el verano está tomando un cariz un poco oscuro, arbitrario, desasosegante. Si me voy a Gijón, ya no huiré del calor mesetario ni sé si me podré bañar en el mar. No sé en qué cagarme.
La vida está hecha de muchos despropósitos, entre ellos, nosotros mismos; por eso, San Agustín debió de decir: yo soy mi mayor problema.

No hay comentarios:

Publicar un comentario