jueves, 16 de febrero de 2017

Me he leído un libro llamado "Vacío perfecto" de Stanislaw Lem. Este hombre nació en Polonia y estuvo a punto de ser masacrado por los alemanes del III Reich. Luego se convirtió en un escritor de ciencia ficción pero a mí la ciencia ficción no me gusta. En este libro que he leído, Lem inventa temas de novelas muy raros como el sexo que lo gobierna todo, la novela que lo contiene todo, una corte antigua en pleno siglo XX, etc. Me ha gustado el estilo narrativo, pero no los temas. No es propiamente una historia lo que cuenta Lem.
La vida se agita suavemente al rito del segundero, al ritmo de la luna y del sol. La vida va despacio como el crecer del pino, como la mañana, como el aire. Tenemos que vivir los que estamos vivos, no nos queda otra. Poco a poco vamos sabiendo los misterios de la vida, cuando ya somos mayores pero nos sirven quizás para bien morir o no llevarnos la mano a la cabeza cuando hay un accidente.
La vida parece un gran reloj, con su engranaje caprichoso. La vida nos atrapa algunas a veces y nos muestra su belleza.
Nosotros solo vagamos día a día por un desierto de lucidez cuando nos damos cuenta del sentido de esta vida y entonces, nos arrodillamos a ese sentido que hemos encontrado y seguimos viviendo, seguimos viviendo.

Vive la vida, es obligatorio.


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