martes, 28 de febrero de 2017

Mi carácter depresivo hace que piense mucho en el pasado como algo mejor, en la muerte y en posibles accidentes que hagan que lo pase mal. No me puedo librar de estos pensamientos que me acosan constantemente. No soy una persona de certidumbres, al revés, soy una persona que duda mucho cuando antes no dudaba y me dedicaba a vivir la vida. Escribir me sirve para espantar estos fantasmas pero siempre vuelven, siempre vuelven.
Cuando me eché novia tuve que soportar una crisis de celos de mi novia pero luego lo pasé bien con ella hasta que le volvió otra crisis de celos que ya afectaba a mi hermano y ya no pude más.
Mi vida no ha sido muy buena desde los treinta años, en que yo dejé de ser un inconsciente y me hice consciente de lo mala que es la vida.
Yo me divertía en la vida cuando tenía veinte y tantos y era muy dicharachero y me gustaban los placeres baratos como fumar, bailar, reírme de los demás, estudiar un poco y pasar el rato.
Pasar el rato ahora se ha convertido en un ejercicio de reflexión que lo impide todo, la risa, el baile, la comedia de la vida y la acción.
Qué pena es ver cómo se ha pasado el tiempo y no soy ni la sombra de lo que era, esa despreocupación que exhibía se ha ido al garete y esa forma de vivir, tan ligera y divertida, también.
Que asco. Ahora hay que ser serio, perder el tiempo tomando un café y decir las mismas cosas que dice toda la gente.
Siempre aspiré a ser un escritor pero un escritor divertido y salaz, que se riera de todo el mundo que presencio ahora amargado y triste.


Pasan los años, pasas tú




lunes, 27 de febrero de 2017

Acabo de comer. Me he tumbado pero no duermo. Tengo que ir a la compra porque hoy es lunes. La cara de Francesc Homs me escupe a mi cara. Pobre hombre. Lo que le están haciendo. No hay justicia en este país. Él, que es hombre de paz, todo lo hace pacíficamente. En fin, Homs. Todo mi aprecio. He puesto jazz en internet a ver si me calmo porque estoy nervioso pero tanta trompeta y tanta percusión y teclado me recuerda a Homs y me pongo más nervioso así que voy a meterme con mi novela a ver si escribo unas cuantas páginas sin el temor de estropear lo ya escrito pero todo sea porque mi novela avance y un día esté en las librerías de Barcelona traducida al catalán, esa lengua de hombres íntegros y pacíficos que quieren ser un país al margen de España. Homs y Mas odian a España porque les roba y les mata en una esquina putera y deja que Cataluña se pudra al sol antes de que sea independiente. Cataluña debió ser un país antes de la guerra o antes de que Napoleón pisara estas tierras. Cataluña tiene vocación de gran país y la puta España no le deja ser un país y encima Homs tiene que ir a los tribunales, qué pena me dan Homs y Mas, los pobrecillos, que creen en una Cataluña libre y grande y no les dejan ser libres ni grandes.
Qué asco da España, en la que ya no hay justicia, ni pan ni tierras ni la libre disposición de la plurinacionalidad. Pobre Cataluña que no es libre y entera como una prima que tenía yo en Figueras.
Pobre Cataluña que no se independiza porque no se sabe si los catalanes la quieren así o de otra manera. Mas y Junqueras se encargarán de Cataluña, esa comunidad puñetera. La harán libre y grande como Franco quería a España, ese país de la patraña y la chapuza. Funcionarios de España: idos a la mierda pues no sabéis cuidar la ciudadano como corresponde.
Qué asco de país. Qué asco Cataluña. Qué asco da todo. Podíamos ser felices sino fuera por cuatro políticos de mierda y por cuatro ciudadanos que no están contentos nunca y piden derechos como el que pide café.
Bueno, después de escribir esto, no quiero ver a Homs ni a Mas ni a Junqueras nunca más. A ver si puede ser.
Yo vivo una situación inestable emocionalmente que por ahora puedo aguantar. Pero la sociedad no promueve la tranquilidad en la vida. Vivimos en la época del estrés continuo, en una lucha contra nosotros mismos por ser mejores o tener más cosas. He leído las noticias y todo son desastres: la justicia no funciona en España, ni hay trabajo suficiente y la desigualdad está triunfando. Las respuestas a estas cuestiones no son muy serias por los dirigentes que tenemos ni los que están en la oposición. El futuro político español es un misterio que no sabemos si traerá un colapso al sistema. Las próximas elecciones traen unos neófitos a la política que no se sabe cómo actuarán. Y el ejemplo de Zapatero está ahí colgando como un títere triste. Ojalá que la izquierda no empiece a desbarrar dentro de cuatro años y nos lleve ya a una ruina de la que no podamos ni levantarnos ya. Pero bueno, yo  lo que quería decir es que la sociedad en la que estamos no favorece mi armonía con el mundo porque el individualismo feroz que campa en este mundo hace que la gente no se conozca nada más que por medio de asociaciones raras o formas virtuales como internet.
Yo tengo los amigos que tengo, ni uno más. No son pocos ni malos pero a mí me gustaría que la sociedad impulsara el conocimiento de las personas de manera más natural, no por medio de un rollo virtual del tipo meetic u otra forma casamentera de conocerse la gente.
A mí se me ha pasado la universidad y todos los posibles medios de conocer gente. Aunque, dado lo que conozco, ya desconfío de los conocimientos que pudiera hacer por tóxicos. Y es que esta sociedad está enferma o lo que me ha sido dado conocer está enfermo. Empezando por mi exnovia.


Tú eres tu mejor amigo. Cuídate.


viernes, 24 de febrero de 2017

En el periódico, que acabo de leer, todos los periodistas hablan de jueces y de políticos. Es harto desagradable. Como si el mundo estuviera regido por los políticos exclusivamente. Y en la radio también se habla mucho de política y economía. Como si los ciudadanos estuviéramos más que nada preocupados por las estupideces que hacen y dicen los economistas y los putos políticos. Yo, hoy, estaré preocupado por cuestiones prácticas que en nada atañen a la política. Me importa una mierda la política para pasar el día. Me importan más mis seres queridos, las horas que paso escribiendo, las horas que paso con mi hermano y mis padres, la comida que preparo, etc. A mí, la política y los políticos me da igual que se mueran porque hay repuesto, infinito repuesto. Lo que no me da igual es que el día se me estropee por un cambio de humor en mis neuronas.
Pero parece que a los medios de comunicación les importa mucho lo que haga Trump y el último politicucho de mierda que anda por el Congreso. Y a mí no me importa ni Trump ni ningún politicastro que anda por ahí diciendo que todo está mal. Los que están mal son los putos políticos que solo piensan en el poder y mienten como bellacos para obtenerlo. El brexit y Trump, los temas estrellas de todo el mundo. Vaya matraca. Vaya aburrimiento. El populismo, otro rollo que nos meten a diario. Menuda pesadez.

La política, esa manera de captar la atención innecesariamente.


jueves, 23 de febrero de 2017

Ayer viví un día de desesperación porque las horas pasaban con disgusto. Hoy me he rehecho haciendo cosas. No hay cosa mejor para la depresión que hacer cosas, no quedarse parado lamentándose. Así que hoy quizás pueda dejar atrás el fantasma de los días torcidos. Voy a ir a una excursión con unos amigos el sábado, voy a Alcalá de Henares, patrimonio de la Humanidad. Me he estado documentando sobre la ciudad para hacer un poco de guía a mis amigos. El domingo no saldré con mi exnovia sino que iré con un amigo por la tarde. Las cosas cogen un devenir distinto en determinadas épocas pero no hay que tener miedo. Quizás ese devenir nos lleve a un sitio no esperado y bueno como uno que pasea y sin darse cuenta aparece ante la maravilla de una rosaleda.
La verdad es que el mundo no ofrece seguridad ninguna con la ola de dirigentes papanatas que se nos viene encima y sobre todo, con ese plantígrado gruñón que unas veces amanece con el pie torcido y otras, con las neuronas a contrapaso.
En fin, viene el tiempo bueno. Ojalá se tire lloviendo dos semanas seguidas en Marzo, cubriéndolo todo de agua, remojándolo todo con fuerza como si el agua se enseñoreara del mundo y corran los ríos y se llenen los mares de dulzura.
Si  llueve, me quedaré en casa escribe que te escribe y podré redactar por fin la novela deseada. Todo lo que favorezca nuestros deseos, si los deseos son buenos, debería de cumplirse.
Suena un violín como el viento. Son los vecinos que son músicos. Ojalá todo estuviera encaminada hacia el bien. Mientras tanto, habrá que esforzarse.

Ponte a hacer cosas, matarás el día.

Empieza el día y no sé como me conduciré en él. Llevo unos días tristón o melancólico porque no sé lo que me pasa, como si me faltara algo. Uno puede estar triste por muchos motivos. Yo creo que todo se debe a haber dejado a mi novia pues pienso mucho en ella, en cómo se ha portado conmigo y el mal que me ha hecho. Ahora estoy sin una referencia sentimental que antes tenía.
Pero creo que remontaré el día como si se tratara de un río turbio y llegaré al final del mismo habiendo hecho cosas útiles para mí y para mi cerebro, para que mi cerebro y mi corazón estén conformes con el estado de cosas que vivo.
He estado solo antes, incluso mi hermano gemelo me ha dejado en estado de soledad antes, en otras épocas. Creo que en esos casos me refugiaba en ver películas en casa, pues no tenía con quién salir.
Este fin de semana me propongo salir un rato por la ciudad a ver qué veo, si merece la pena la noche, si encontraré alguien con quién charlar, de esa gente que no veo habitualmente. O quizás me vaya a Madrid el sábado por la noche, a una discoteca de Arenal con alguien que reclute y se quiera venir conmigo.
Estoy como un barco al pairo, como un niño ladrón que está confundido, como al que le quitan su más querido entretenimiento.

No hay que desesperarse, hay que encontrar el camino.

miércoles, 22 de febrero de 2017

Hoy está el día como descabalado y sin riendas, como horas abortadas que no se llenan ni de amor ni de trabajo. He hecho, eso sí, unos espaguetis a la boloñesa muy ricos, pero las horas siguen pasando sin rumbo ni sustancia. La vida, eso que nos va rellenando la existencia de horas que engordan la desesperación, no pasa a gusto por mis neuronas ni por mi corazón.
Habrá que hacer algo esta tarde, a partir de las cinco, que será escribir mi gran novela porque solo tengo una que es grande. Las demás están escritas o en el aire, pero no son mías.
En Chinchón, la plaza reluce para los visitantes y en Ocaña, la prisión, si es que todavía existe, cancela la vida de los delincuentes y de los que han matado su ilusión, que a lo mejor era su mujer y no lo sabían.
Es tarde para quejarse. Lo hecho, hecho está. A lo mejor me apunto a uno de esos programas online de búsqueda de parejas y me encuentro con alguna escritora como yo que quiere publicar sus obras. Me da igual que sea viuda. Lo que no quiero es una divorciada con hijos pues son una carga más de las cargas que llevo en la cabeza.
Deseo compartir la vida con alguien, aunque ya la comparto con mi hermano y con mi aburrimiento de las tardes y las mañanas primaverales de febrero. Y es que por San Valentín, el invierno toca a su fin.

Comparte tu vida, pues la vida es una carga para uno solo.



martes, 21 de febrero de 2017

En la vida del ser humano no solo vale tener la tripa llena y un techo donde cobijarse. No solo de pan vive el hombre, dijo Jesucristo. El hombre debe tener lleno el espíritu de cosas buenas y una vida inocua, sin sentido, arruina el goce de vivir. A lo mejor, lo que necesita el hombre es enamorarse y vivir una vida conjunta con su amor. O alimentar su orgullo trabajando en algo útil o ayudando a los demás. Lo malo es cuando no hay objetivos a la vista y la vida es un ir y venir sin mayor transcendencia.
El otro día me dijo un amigo que mi oficio es escribir, ahora que estoy jubilado y a eso me dedico. También a leer, que es un complemento de la escritura.
Como no sepamos cuál es la misión que tenemos en el mundo vamos mal en él, porque todo se nos vuelve mohíno y triste al no saber en qué ocupar el tiempo.
Hay que saber qué hacer en cada momento, ocupar el tiempo útilmente, ya sea para nosotros mismos o para aquellos a los que queremos.
La vida nos enseña que cuanto más útiles nos sintamos, mejor vamos a estar en ella.
Hay que saber vivir, no solo vivir como hacen los animales, hay que estar informado, hay que cultivar la curiosidad por las cosas y hay que ser un buen amigo de uno mismo.

Vive, pero vive bien.

jueves, 16 de febrero de 2017

Me he leído un libro llamado "Vacío perfecto" de Stanislaw Lem. Este hombre nació en Polonia y estuvo a punto de ser masacrado por los alemanes del III Reich. Luego se convirtió en un escritor de ciencia ficción pero a mí la ciencia ficción no me gusta. En este libro que he leído, Lem inventa temas de novelas muy raros como el sexo que lo gobierna todo, la novela que lo contiene todo, una corte antigua en pleno siglo XX, etc. Me ha gustado el estilo narrativo, pero no los temas. No es propiamente una historia lo que cuenta Lem.
La vida se agita suavemente al rito del segundero, al ritmo de la luna y del sol. La vida va despacio como el crecer del pino, como la mañana, como el aire. Tenemos que vivir los que estamos vivos, no nos queda otra. Poco a poco vamos sabiendo los misterios de la vida, cuando ya somos mayores pero nos sirven quizás para bien morir o no llevarnos la mano a la cabeza cuando hay un accidente.
La vida parece un gran reloj, con su engranaje caprichoso. La vida nos atrapa algunas a veces y nos muestra su belleza.
Nosotros solo vagamos día a día por un desierto de lucidez cuando nos damos cuenta del sentido de esta vida y entonces, nos arrodillamos a ese sentido que hemos encontrado y seguimos viviendo, seguimos viviendo.

Vive la vida, es obligatorio.


martes, 14 de febrero de 2017

Todos los medios de comunicación hablan de política. Como si la política contuviera los secretos mágicos de la recuperación de la nación, de la eliminación de la pobreza, de la eliminación del paro y de tantas cosas que nos afectan. La política solo vale cuando hay unos ciudadanos que saben para qué sirve en realidad la política. Pero solo nos dejan votar una vez cada cuatro años. En realidad yo creo que hay ciudadanos muy válidos que hacen todo lo posible por los demás. Hay organizaciones que se mueven y solucionan asuntos a los que no llega nunca la política. De hecho, la política podría llegar a más gente si no se preocupara solo por el poder como se preocupan los partidos políticos actuales. Si se preocuparan de servir a los ciudadanos en vez de sondear una y otra vez la voluntad de voto, si no estuvieran corruptos como están, si de verdad quisieran solucionar los problemas de la gente, ya lo habrían hecho.
Pero lo único que quieren los partidos políticos en vez de ponerse de acuerdo entre ellos para solucionar los problemas es discutir, Ponerse unos enfrente de los otros y ofrecer soluciones diferentes para el mismo problema. Lo llaman ideologías. La ideología de cada partido les impide ponerse de acuerdo. La ideología no vale para los ciudadanos que deben estar unidos frente a su problema común. Los ciudadanos no especulan sino que son prácticos a la hora de solucionar sus problemas. Los políticos deberían aprender de los ciudadanos a los que dicen gobernar.

Política sí, si resuelve problemas.


lunes, 13 de febrero de 2017

¿Qué es lo que hace que te levantes mal por la mañana? A lo mejor un acontecimiento externo como el mal tiempo, haber estado ridículo el día anterior con los amigos o más importante aún, la pérdida de un ser querido o más banal, la monotonía en que estás inmerso todos los días o una mezcla de todas esas circunstancias. El jueves pasado murió el padre de una prima, además de buena amiga. En el tanatorio, unos hombres hablaban de la causa de la muerte: la adicción al tabaco de ese hombre. El sábado fui a ver a una tía que está en sus últimos días en la tierra. Pero mi tío sabía darle un tierno amor a mi tía moribunda y me llenó de admiración esa relación amorosa. Que quede el amor que supimos darles a los que murieron. Que queden los buenos recuerdos de los que se van. Así podremos vivir en paz con ellos. La vida ya es demasiado triste para cargarnos con la tristeza de los muertos que nos abandonan. Ya está. Ya se fueron. Que los vivos los recuerden con una sonrisa en vez de con un agravio.
Puede que te levantes bien por la mañana. Y no sabemos a qué se debe. Quizás no tenga explicación. Quizás sea el deseo de vivir que hay en tu cuerpo el que te da esa alegría para todo el día. Quizás hayamos asimilado que hay que vivir con todas las consecuencias que se nos presenten, con todas las adversidades que se muestran tras la ventana. Y vivimos. Y quizás seamos hasta felices porque nuestra naturaleza pertenece a la vida. Y mientras sea así, mientras estemos vivos, nuestro cuerpo y nuestra alma nos dice que hay que vivir con una sonrisa antes que con la lágrima en el ojo.
Para todas las cosas que hay en el mundo aunque las cosas que hay en el mundo sean las mismas que ayer y que antes de ayer.
Y eso nos lo pide el cuerpo.

Si estás vivo, sé feliz.



En el libro "Inteligencia emocional", de Coleman se dice que hay momentos en que "todo fluye". Pone ejemplos de profesionales que hacen su trabajo en un "estado de flujo" que parece que no cuesta trabajo el mismo hecho de trabajar. Creo que pone el ejemplo de un cirujano. Hace mucho que no siento ese estado de flujo. Creo que lo viví hace tiempo en que me puse a escribir y todo fluía de manera rápida y sencilla. Yo no estoy relajado frente al ordenador para que aparezca ese estado de flujo pero cuando aparece es muy bonito ver cómo surgen las palabras casi sin parar y sin esfuerzo aparente. Supongo que ese estado debe ser muy vivificante y lleno de expansión vital.
Últimamente, no me sale nada que no sea fruto del esfuerzo y de darle muchas vueltas a la cabeza y nada surge porque sí. Tengo que concentrarme a ver qué voy a hacer y luego el resultado no es tan satisfactorio como yo quisiera.
Un amigo mío me ha dicho que escribir es mi oficio desde que me retiré de ser profesor. Efectivamente. Pero ese oficio no me reporta nada más que preocupaciones porque no me es fácil ponerme a escribir historias o las historias que yo escribo están sin acabar y no se acaban nunca.
No tengo casi tiempo para ponerme a escribir por las obligaciones de la casa y cuando me pongo no se me ocurren ideas válidas o fáciles sino complicaciones de la escritura y de los esquemas narrativos.

Todo lo difícil tiene más mérito


viernes, 10 de febrero de 2017

Nos tienen asustados. Los populismos llevarán a la desintegración de la Unión Europea, la crisis todavía azota a los más pobres. Hay desigualdad, hay delincuencia organizada, hay terrorismo, hay corrupción de los políticos que lo tendrían que hacer bien. Esas ideas que recorren los periódicos como un estremecimiento de terror hace que la gente esté tensa, crispada, asustada. No se puede fiar uno de nadie, en cualquier esquina nos pueden robar, nos pueden matar. Los corruptos se hacen ricos y no ingresan en la cárcel. La crispación aumenta. Los ocupas se cuelan en las casas y se hacen dueños de ellas. Las ancianitas que viven solas corren peligro de muerte. Los niños no están a salvo por el bulling o por la lujuria de pederastas. Los bancos ganan y ganan y hay gente que no tiene para pagar la luz. Los ricos son más ricos; los pobres, más pobres. Dan ganas de liarse a dentelladas con esos asquerosos que hacen la vida difícil. Dan ganas de salir a la calle y coger de los pelos a esos que nos joden la vida y llevarlos a la cárcel uno a uno. La gente ya no cuenta chistes, nos han arruinado el humor.
Hay muchos criminales que están doblegando la buena fe de los ciudadanos. Y nos dicen que se arreglará. Pero, ¿cuando? ¿Cuándo nos libraremos de toda la morralla humana que encenaga esta sociedad? Tenemos que sufrir que todo funcione mal y no hay nadie que arregle nada sino que va todo a peor. Qué asco.

Si todo va mal, tú irás mal.



miércoles, 8 de febrero de 2017

¿Dónde está el humor? ¿Y las personas divertidas? ¿Y el juego con el lenguaje? ¿Y las sonrisas o las carcajadas? Yo no me rio en todo el día. Con ver las noticias o mirar como está el prójimo, con una cara larga hasta el suelo, ya tienes anestesiado el humor para todo el día. No se llega a fin de mes, todos son miedos económicos, sociales y de pareja. Miedo a los ocupas, miedo a los delincuentes, miedo a un atentado. Todos esos miedos quitan las ganas de reír.
Entonces, ¿para qué vivir esta vida sin una sonrisa en la cara que nos dé ánimo y ganas de vivirla? Quedaron atrás los años en que todo era disparatado, en que señalábamos a la vecina, al albañil, al político y hacíamos chistes de ellos. Ahora nos quejamos amargamente de los corruptos, vemos que la vecina y nosotros mismos nos recatamos, atesoramos nuestra vergüenza para que nadie se ría de ella, el albañil no tolera ninguna broma y el político es una persona muy seria que quiere cambiar el mundo y nosotros le seguimos en el intento diciendo las mismas tonterías que él dice en el Parlamento. Todo está escondido, lleno de solemnidad, una solemnidad hueca en la que creemos, sin embargo y nada, nada de lo público ni de lo privado nos hace reír. Con lo sano que es una carcajada. Tendríamos que estar riendo todo el día para que el siguiente fuera más llevadero.

Ríete aunque sea enfrente del espejo.

martes, 7 de febrero de 2017

Me he levantado con una especie de depresión al darme cuenta de todo lo que hay que hacer y las pocas ganas que tengo de hacerlo.
Tendría que leer y corregir una novela entera que se me ha quedado corta. Tendría que corregir también otro relato. No se me da bien corregir. No tengo sensibilidad para ver mis propios fallos.
Pero bueno, pasaré el día como pueda, aunque no haga nada de escribir ni nada literario. Seguramente, me iré de compras con mi hermano.
Cuando la tarea que tenemos por delante es ingente y no la entendemos muy bien, la pereza se adueña de nosotros y es difícil ponerse en marcha y ejecutar todo eso que tenemos como tarea.
Pero llega un momento en que nuestra vergüenza de lo que estamos dejando de hacer para nuestra gloria nos impulsa a empezar poco a poco el trabajo que nos lleva a acabar por lo menos algo de lo empezado.
Hoy me he levantado con la idea de que otro día va a pasar y no he hecho nada de valor.
Pero llegará un día en que la obra se irá puliendo y haciendo mejor para mayor fama mía y de mi ingenio.

Si algo es difícil es que merece la pena.

lunes, 6 de febrero de 2017

El escultor que tiene en mente la escultura ya hecha y acabada, la acabará antes y mejor que el que no sabe qué resultado final es el que persigue. Así pasa en el mundo, que hay dirigentes, escritores, arquitectos y demás que no saben cómo acabará lo que están haciendo. Todos deberíamos firmar un contrato con la idea que tenemos de lo que nos tenemos entre manos. La vida es muy incierta para dejar nada al azar.
Por otro lado, vivimos entre incertidumbres, entre zozobras que nos conducen a la no conclusión de nuestros proyectos personales.
Es mejor no dedicarnos enteramente a algo que nos resulta demasiado abarcador porque tendremos serias dificultades para llevarlo a cabo.
Es mejor ir paso a paso, midiendo el terreno, avanzando poco a poco pero con la idea fija de lo que queremos en la mente.
Aunque también dicen que no se sabe el resultado de las cosas hasta que nos ponemos a la tarea. Lo que era difícil antes de empezar, cuando se inicia, parece que toma forma y que va hacia adelante por la mera decisión de comenzar la obra.
Hagamos algo, pues, lo que sea, como sea y así estaremos ocupados en estas épocas en que el ocio y el dispendio de las horas hacen que la gente esté desorientada y triste, aunque llena de trastos.

Ponte a hacer algo, es lo mejor.


domingo, 5 de febrero de 2017

Tener fe en una acción que vas a ejecutar ya es media acción hecha. Yo, que quiero dejar de fumar, no tengo fe en que esto vaya a suceder y así, no dejo de fumar. Lo máximo que hago es fumar menos. Si yo me viera en un futuro cercano sin fumar y no pasando ansiedad, ya habría dejado de fumar. Y lo mismo vale para publicar una novela, saltar una valla de dos metros o ligarse a una belleza.
La fe, en algunos casos o en todos ellos, es fundamental. Hay gente que tiene una fe  no adquirida sino innata y todo lo que persiguen lo hacen con fe. Hay otros, como yo, que prescindimos de la fe, que creemos que todos los objetivos que perseguimos debemos conseguirlos a base de aplicar mucho ingenio, esfuerzo y tiempo para poder llegar a disfrutarlos. La fe es algo que no contemplo, que no está dentro de mí. Solo confío en mi trabajo. Lo que debo tener es fe en mi trabajo pero no fe en el objetivo conseguido, no me veo con el trofeo en las manos antes de tenerlo entre las manos.
No soy un creyente sino un agnóstico. Y actúo como tal. Creo que todas las cosas que hay en el mundo necesitan una explicación, yo no creo en ellas por que sí y el medio para conseguirlas también es una manera de romperme la cabeza antes de ponerme a pensar en que lo conseguiré por medio de una creencia. Como Santo Tomás, necesito tocar todo antes de creer en ello y tocar no es dado a todo el mundo, solo a los descreídos.

Ten fe, lo tendrás todo.


sábado, 4 de febrero de 2017

Hoy tengo más moral. No sé por qué. Estoy haciendo un intento por dejar de fumar. Ayer me lo pasé bien en un taller literario. Pero lo fundamental es que estoy viviendo mi periodo de euforia particular después de la fase depresiva. Creo que se trata de eso.
Mi enfermedad es así. Alterna esas fases de declive anímico con otras de tranquilidad alegre.
He estado oyendo un documento sonoro en la radio sobre el cambio climático. Dice ese documento que en 2003 hubo un verano tan caluroso que murieron por su causa 20.000 personas. En occidente. Desde ese momento la gente tomó conciencia de que el clima había cambiado por efecto del hombre.
A mí me disgusta que las estaciones no se sucedan como deberían. Y me disgusta la tala indiscriminada de árboles y la desaparición de los bosques y la contaminación producida por los coches y el consumo salvaje.
Todos deberíamos hacer algo por el medio ambiente. No consumir tanto, no dar tantas vueltas con el coche. No fastidiar al cielo que nos cubre.
En estos últimos años hemos asistido a migraciones de gente que se ha quedado sin su medio de vida por efecto del cambio climático. Se llaman los refugiados climáticos. Todo por una civilización hiperconsumista y no sensibilizada con el medio. Ojalá no acabe todo esto de modo apocalíptico.

Los recursos de la Tierra son limitados, el egoísmo no.

viernes, 3 de febrero de 2017

He ido a por unos boquerones al supermercado. El día está para permanecer en casa haciendo lo que sea. No dejo de fumar aunque lo intente. He leído la prensa y habla del error de las redes sociales, de la polución en las grandes ciudades y de los partidos populistas.
Casi todo, política.
Hay también noticias sorprendentes que quieren llamar la atención pero no pincho en ellas. Me da igual lo que pasa por el mundo.
Hace viento y frío pero no llueve. Preferiría que lloviese.
El tiempo pasa lentamente y nos hace más viejos. Eso es inapelable. Es un ley que se cumple continuamente y sin marcha atrás y sin remisión y sin culpa ni perdón.
Es la única noticia que sale siempre en los periódicos: hoy eres más viejo que ayer.
Decía que he intentado dejar de fumar pero me ha vencido el cigarrillo. Me ha dicho un amigo que ha dejado de fumar que cuanto más intentes dejarlo, más posibilidades hay de que en un intento lo dejes. Ojala sea así y alguna vez deje del todo.
Las habitaciones de los hoteles están llenas de turistas norteños que quieren ver Madrid.
Yo ya me he levantado y tengo muchos días para ver Madrid y no lo veo bien, como esos turistas. Qué rollo.

Vive la vida, es lo más espontáneo que puedas hacer.


jueves, 2 de febrero de 2017

Hoy voy a hacer unos espaguetis al ajo. No hay nada más descarnado que esa pasta blanca arropada solamente por el sabor de esa hortaliza. Pero nada tan aromático y sabroso. Es como la vida, que nos va dejando mondos de cariño así avanza la edad pero nos deja con un aroma fuerte a soledad profunda.
Me llama mi exnovia para decirme que se va a quedar sola, que solo le queda su madre que es muy mayor. Yo le digo que lo asuma, que hay cosas peores, que la vida te va despojando de todo hasta dejarte en los huesos pero que eso no es excusa para ponerse uno a hablar de sí mismo cada dos por tres. Tengo problemas yo también. A veces me hundo en una depresión que me dura semanas pero no le doy tanta importancia. Ya saldré de esas malaventuras que me acechan.
La vida reparte bienes o los tuerce o nos deja sin ellos. Es ley de vida. Es como los espaguetis que son objeto de rebozarse con un simple ajo. Solo saben a ajo. Pero son rápidos de preparar y resisten los gustos más exigentes. Son simples como simples nos tenemos que hacer con el tiempo.
Es duro hacerse mayor. Todo parece que viene en contra. La vejez es amarilla, triste. Pero te va curtiendo.

Pasan los años, pero sin ellos no vivirías.

miércoles, 1 de febrero de 2017

Cuando no se tienen claras las cosas a la hora de ejecutar algo que podría redundar en nuestro bien; cuando la tarea es inmensa y no sabemos por donde tirar; cuando no se sabe bien cómo iniciar un trabajo pero sabemos que ese trabajo nos tendría felices y entretenidos por un tiempo. Cuando ocurre eso, da rabia e impotencia porque nos atenaza la inacción y nos quedamos mirando por el ventanal de la terraza a ver cómo barre el barrendero o a ver cómo pasan los coches y las furgonetas.
Pero en un acceso de cólera, empezamos algo, hacemos algo que no sabemos si va en la dirección adecuada pero intentamos usar el tiempo en dar un paso o dos, tímidos pasos en lo que parece que es la obligación que tenemos con nosotros mismos. Y parecemos escolares que hacemos una letra por primera vez y nos asustamos de todo lo que queda por hacer.
Y ya de paso, pensamos en lo viejos que somos porque hemos pedido el teléfono a una chica joven para salir con sus amigos y pensamos que ya no estamos para esos trotes de bailar pero este viernes vamos a llamar a esa chica joven a ver qué tal.
Y también pensamos en dejar de fumar de una puta vez pues vemos que la salud se resiente por muchos lados ya y ya está bien de envenenarnos voluntariamente como un tonto. La puta adicción.

Intentar hacer algo ya es algo.