miércoles, 19 de octubre de 2016

Yo, en esto del blog, no sé para quién escribo. Cuando escribo una novela solo escribo para mi hermano y una amiga. Cuando escribo una carta de amor, lo hago por entretenerme y por último, cuando escribo un formulario me entran ganas, mientras lo hago, de limpiarme el culo con él. Se puedo decir que escribo habitualmente y he escrito como un poseso a lo largo de mi vida exámenes, cartas, pequeñas historias inconclusas, ejercicios de todos los tipos, exámenes (pero ya para mis alumnos), redacciones, ensayos largos y cortos; largos para pasar el tiempo y cortos para matar el rato.

No quiero aburrir. Escribir es una terapia contrastada con enfermos del alma. Si tienes una preocupación, escríbela. Luego, léela. Luego, hazte cargo de que la puedes superar. Luego, encontrarás una solución ya que tu pensamiento se ha hecho letra razonada.
No falla.
Yo ya llevo tanto escrito que invento historias con palabras. Que juzguen mis lectores si son buenas y no yo.

En fin: lo escrito, escrito está y pusieron inri encima de Cristo.

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