lunes, 25 de enero de 2016

Tanta primavera, tanta primavera, ¿no será mala tanta primavera? ¿Cómo estarán las cabezas allá por agosto? Temo mi enajenación mental tanto como la de otros. ¿Y esta primavera política tan desordenada? ¿Qué dará de sí? A lo mejor se crea un gobierno que no atiende a la Constitución sino al pueblo. Pero, ¿no fue el pueblo el que votó la Constitución existente? Ya no somos pueblo o la cosa del pueblo la debe definir un energúmeno como Pablo Iglesias. En fin, si no respetan la Constitución, ¿qué van a respetar?
Quieren acabar con el sistema ahora que el sistema parecía salir a flote. ¿Qué querrán imponer en vez del sistema? ¿Una revolución chavista o a la iraní?
Bueno. Parecía que habían ganado los del PP pero ni eso está ya claro o casi es mentira o sea que no sabemos a qué atenernos. Aquí gana el que más jeta le echa y no el que más razón o votos tiene. Y yo me apunto a la moderación siempre. Prefiero un gobierno de gente amable y educada, quitando a ese macarra del doctor Sánchez, que no unos lobos asquerosos que quieren imponer las cosas como hacían antes los falangistas o los de la CNT por las calles.

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