sábado, 12 de diciembre de 2015

Hoy he conocido a un hombre al que la movida madrileña le ha cogido de lleno y por lo tanto, la cocaína. Pero se ha recuperado de ambas. Cuánto vicio había esos días donde en Madrid, si no dabas un concierto, te lo daban. Luego cuenta este hombre que se ligó, a base de tarjeta de crédito de 500.000 pelas mensuales a una chica que se desnudaba en el "interview". Este hombre, aparte de estos desmanes (llamémoslos así) sabía del Cid, de la II república española y otros asuntos de la cultura patria.
Ha sido curioso hablar con él. El desafuero de luchar por las libertades a unos condujo al resentimiento más soez de estar echando las culpas de todo a Franco y a otros de coger carrerilla con eso de la libertad y ponerse hasta las trancas hasta no conocer la realidad en la que estaban viviendo. Con la libertad, se cogen muchos vicios y estos pueden conducir a la tumba a más de uno, como sucedió en los ochenta, que el que no estaba colocado, se colocaba rápidamente y tanto, que moría de sobredosis en una barraca o en un portal tan anónimo como la muerte.

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