lunes, 2 de noviembre de 2015

No solo de pan vive el hombre, dijo Cristo a sus apóstoles y Marx dijo que la historia se movía por un plato de judías. ¿Qué es más cierto? He leído que Walter Benjamin decía que la verdad no la podemos conocer en su plenitud. Los filósofos hicieron acercamientos a la verdad y los escritores hacen acercamientos a la verdad mediante la mentira de la ficción. Yo creo eso. Que la verdad pura no es digerible por el ser humano, que los cerebros no están hechos para comprender verdades, sino que fluyen entre la verdad, la conveniencia, la mentira, el cinismo y otros estados del espíritu que manchan la realidad de las cosas.
La verdad es conveniente casi siempre, para saber a qué atenerse y poder decidir sobre el futuro y las decisiones a tomar y los juicios que hacer. No saber esa poca de verdad que hay en las cosas te convierte en un ser que vaga en la soledad de lo incierto. Hay que leer, hay que interpretar lo que se ve para actuar en ello con propiedad y acierto.

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