martes, 6 de octubre de 2015

Me temo que ya barrunto el cambio de hora. El año pasado hablaron los políticos del uso horario de España y dieron un dato que yo no sabía: Franco puso el huso horario de Alemania en España por simpatía con el Fuhrer. Otra necedad del estúpìdo dictador. A propósito: ¿Por qué todos los dictadores tienen ideas estúpidas cada cuarto de hora? Será porque no les llevan nunca la contraria. El caso es que ya tiemblo que a las seis de la tarde sea de noche hasta la hora de dormir. Cosa injusta después de haber tenido horas de luz hasta las diez de la noche. Yo no sé a qué se debe este fenómeno nefasto del cambio de hora pero a mí me fastidia anímicamente de manera brutal.
Ni quiero tanta luz en verano ni que me la recorten ahora a mediados de octubre. Me da asco. No lo puedo soportar. Este tiempo gris sin lluvia verdadera, este mortecino ambiente que hay en las casas, este deambular de un lado a otro sin precisión alguna y este acabamiento de las horas me tiene ya un poco nervioso.
Pero bueno, dice el refrán que al mal tiempo, buena cara y yo intentaré ponerla mal que me cueste.
No te roban solo dinero.

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