miércoles, 2 de septiembre de 2015

Hay personas que no soportan su soledad y tienen que estar siempre llamando a unos y a otros con los que estar. Al final, se convierten en unos insistentes insectos que revolotean de acá para allá todos los días a la misma hora. Yo les diría a esas personas que de esa manera, terminan por sentar mal a los posibles amigos, por no saber contener esa soledad a la que están abocados. Encima de su soledad que tienen de por sí, acaban teniendo fama de pesados y pegotes y es peor el remedio que la enfermedad.
A mí me llama uno de estos pegotes y me insta a que vaya con él diciéndome en un whassap: "estaré solo un ratito, mientras me tomo un botijo". Así no es forma de quedar con nadie así que no voy. Yo con prisas no voy a ningún lado y menos con un pegote. Porque sé que si voy esta vez, tendré que ir más veces pues este amigo se hará más y más insistente cada vez.
Si tu soledad no te gusta, insiste.

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