lunes, 3 de agosto de 2015

Resulta que me voy al pueblo. Estos días he tenido la sensación de que todo se repetía como una noria. He estado acompañado todo el tiempo por mi novia y mi hermano y entretanto, siestas y noches durmiendo. Estará bien cambiar un poco. En el pueblo me esperan los libros y algunos vecinos con los que tratar ciertos temas. El verano va ya largo y cansado. En cuanto se pase este mes, adiós verano, un verano que empezó con unos calores asfixiantes. Mi hermano al fin ha encontrado un poco de paz en cuanto a lo de su futuro. A Eva el padre se le ha puesto malo. Yo no veo más que un ir y venir este agosto: al pueblo, a Denia, al pueblo otra vez. En fin, yo quisiera pasármelo bien del modo que sea pero sin que importunen gárrulos ni cantamañanas. La gente está en las playas lejanas tostándose al sol. A ver si yo veo el mar y me baño en él y me distraigo de tanta tierra adentro. En el pueblo habrá lo de siempre: botellines y cubatas para aburrir y poca gente ingeniosa con quien hablar.

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