martes, 11 de agosto de 2015

Hay que ver esto del fútbol, las cifras son astronómicas; los jugadores son idolatrados hasta convertirse en dioses, en personas por las que matar y ser muerto en una reyerta futbolera. Las bandas que gritan himnos, canciones y demás están cada día más radicalizadas y por causa del aburrimiento, cuando llegan a un estadio, siembran el pánico rompiendo todo teniendo que ser escoltados por la policía. En ese estado de excitación tras el alcohol ritual ingerido, serían capaces de matar a cualquiera que fuera en contra de ellos, que no fuera del club. Los estadios se llenan todos los domingos con gente que grita mucho y lleva al éxtasis la comunión con su equipo. Todos quieren ganar y que el árbitro sea decapitado al final del partido si lo ha hecho mal y creo que lo decapitarían si les dejaran. Los jugadores marcan estilos en los jóvenes con sus peinados absurdos y sus poses en revistas que les pagan por salir luciendo prendas de dudoso gusto. Lo peor es lo que se paga por los jugadores: un pastón enorme por algo que a mí no me parece tan espectacular ni tan importante de repetido hasta la saciedad. Hay goles todos los días del año. Es una vergüenza esto del fútbol pero como da dinero y da empleo a un montón de gente que te cagas pues eso: el fútbol es una mina.
Si te gusta saber lo que hacen los demás que los demás sepan de lo tuyo.

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