martes, 14 de julio de 2015

Yo encuentro que las raíces que había en mi pueblo pongamos de brutalidad o de analfabetismo se van moderando pero van entrando otras modas de panolismo estúpido y no sé qué será peor. Ahora, las madres de mi pueblo celebran eventos de mucho floripondio, se hacen regalos y se amariconan unas en la casas de otras. Hay jueguecitos de preguntas para tontos que consisten en recorrerte todo el pueblo buscando azulejos partidos y cosas llenas de roña y apuntar dónde están, en qué puerta o en qué maldito rincón apartado del pueblo. Luego hay preguntas del pueblo todas una tontería supina porque hay que saber el nombre de la niña más lista del colegio o del que tiene un ford fiesta azul. Yo lo veo, sinceramente, de una decadencia mema y absurda. Habrá gente que no sepa quién fue Felipe II pero sí el farmacéutico de hace 60 años que hubo en mi pueblo y se rompió la pierna jugando a la calva. Las cosas cambian, yo no me resigno a cambiar con ellas, yo sigo siendo el mismo y los cambios que no traen más que estupidez a las gentes me repugnan. En fin, como dijo uno, pasarán los años y nos haremos más tontos. Yo veo a mi  pueblo muy cambiado y cuanto más cambie, peor para él.
Todo cambio que no implique cultura, cambio inútil es.

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