viernes, 17 de julio de 2015

El mundo está así. Lo aprendí en un libro de ciencias sociales un año que di clases: el 80% de los recursos de la Tierra lo disfruta el 20% de la población: Europa, Japón y EEUU. El otro 80% de la población solo tiene el 20% de las riquezas de la Tierra. También he oído que hay solo 10 o 20 personas que tienen el equivalente de lo que ganan 20 o 30 naciones pobres. O algo así. Así el mundo es como es: lleno de violencia en unos sitios por tener lo que tienen en otros, movimientos migratorios también violentos e incontrolados. En ese 20% de población rica el consumismo es feroz, porque el sistema alienta que los ricos se gasten lo que no tienen. En ese 20 % de población rica, aunque la formación educacional es buena, lo único que se valora es tener dinero como máximo bien: no ser culto y bien formado. El dinero, hoy en día es un dios al que se adora constantemente. Dinero, dinero, dinero. Esto hace que la desigualdad solo se presente económicamente, no en términos de formación o de otras variables. Yo he visto muchos ingenieros que no saben quién fue Sócrates. Solo quieren dinero. El dinero no se come, no da la felicidad, da cosas, las cosas no dan la felicidad. Lo que se consigue con dinero vale menos que lo que se consigue con la paciencia o con el amor. El valor del dinero tiene un límite pero nadie parece verlo. Mientras, viviremos en el mundo del dinero, ciegos para todo lo demás.

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