viernes, 19 de junio de 2015

Me reboto a veces y, como dice la canción de Aute, "es que este mundo no lo entiendo". No sé si se deberá a mi carácter crítico o a que ya he cumplido una edad o realmente a que ya ha habido tantas novedades en este mundo en el que vivo, que ya no asimilo tanta innovación y costumbres nuevas. El caso es que entiendo que en este mundo hay que ser muy comprensivo de los demás y no juzgarlos. Es el lema. La gente grita, aparca mal, bebe y conduce, se gasta más de lo que tiene, se queja de todo por norma y un largo etcétera que se podría resumir en que la gente se salta las normas desde pequeñito. Pero hay que ser comprensivo y no quejarse de los desmanes de los demás ni tampoco juzgarlos. Parece que asistiéramos a un desfile de gilipollas que no saben lo que está bien y lo que está mal. Y hubiera que aguantarlos constantemente hasta que se dieran cuenta, cuando son ya inútiles para ellos y para la sociedad, de que iban errados. Y aquí nadie es responsable de sus actos, sino que hay que permitir cualquier conducta y ser comprensivo. Hay también conductas de aquellos que se pasan de listos y abusan de los demás haciendo cosas ilícitas. Pero ni dimiten ni son responsables de nada tampoco. Menos mal que también abundan las personas normales.

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