jueves, 11 de junio de 2015

Estoy nervioso porque tengo que ir al dentista en unas horas. No hay nada que me invite a ir, no hay nada que consuele de tener que montarme en un sillón y que me hurguen en la muela que se me ha roto. Me van a poner un implante y encima cuesta una pasta.
Estaba leyendo poesías del barroco pero no dejaba de pensar en que tengo que ir al dentista. Pensé en distraerme escribiendo esto y así lo estoy haciendo. Yo he tenido severos problemas con mi dentadura. Ya de pequeño me tuvieron que poner un puente por dos muelas que se me cayeron y el puente se vino abajo hace tres años. Jugando al fútbol me rompí un incisivo y también tuve necesidad de un implante. Las perrerías que te hacen en las muelas es algo a lo que es difícil acostumbrarse y yo debería estar acostumbrado pero la vista al dentista siempre implica nervios. Qué asco. Suenan los zumbidos de las herramientas del sacamuelas y una tensión te recorre la espina dorsal. ¿Qué te irán a hacer?

No hay comentarios:

Publicar un comentario