jueves, 7 de mayo de 2015

Ando por la calle desocupado. Veo a otros desocupados. Nos desocupamos todos mientras andamos no se sabe muy bien para qué. Hay gente, por otro lado, que tiene que trabajar un montón y se lamenta de esa gente desocupada que no hace nada. 
Ocupar deriva etimológicamente de ob- y capere (coger). Si se le añade el prefijo pre- tenemos que la gente está pensando en algo para poder resolverlo. Si añadimos el prefijo des- a preocupar tenemos eso que se llama pasar de todo. ¿Cómo se puede pasar de todo estando uno desocupado? Todo ser humano busca ocupar algo: un hueco, un puesto de trabajo, una habitación. Estamos todo el día ocupando cosas y ambientes. El que está desocupado es como un fantasma que ronda los lugares sin quedarse en ellos. El desocupado no hace mella en los lugares por los que pasa. "Yo pasaba por aquí", dice, "no ocupo lugar". Y está deseando ocupar algo, esa es la meta del desocupado. Ocupar. El desocupado es un okupa en potencia porque está deseando que le quiten el sambenito de desocupado vago y merodeador, como un oso en Yellowstone que huele las meriendas de los turistas, como la prostituta que da unos pasitos para que alguien la admire y la ocupe. Las prostitutas también son esas aparentemente desocupadas que quieren ser ocupadas en todos los sentidos, especialmente el sexual. Así es la vida, hay desocupados, despreocupados, vulgo "pasotas" y preocupados y ocupados en algo. ¿Es mejor estar ocupados en esta vida? Según con qué. Yo me estoy sacando bolas de la nariz y no es una ocupación digna de mención. Otros se ocupan del tráfico quizás porque les han puesto ahí, quizás desearían ocupar el tiempo y el coño de una chica decente o indecente, vaya usted a saber. La ocupación más honrosa quizás es la que dediquemos a nosotros mismos. Por eso nos dicen a menudo: ocúpate de tus asuntos. Que quiere decir: lávate que hueles a gorrino.

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