martes, 16 de diciembre de 2014

Ayer fui al dentista y no me encontré con la hija del dentista sino con el dentista que atendió tiempo ha. Es un hombre muy explicativo, dijéramos y todo lo dice muy atento y cabal. Me miro la dentadura y la vio bien e incluso dijo que no me hacía falta una limpieza de boca. Luego estuve con mi novia y llamé a mi  hermano Paco para gastarnos lo que me había ahorrado en limpieza de boca en un restaurante. Yo creía que iba a ser una reunión amable y divertida pero fue más bien triste. Paco está a la defensiva, muy metido en sí mismo y en plan de culpar a los demás de lo que le pasa. Estuvo silencioso y acusador y no paraba de decir, muy solemne: "no me dejas hablar". Bueno, todo es cuestión de ese día del viernes que no durmió bien y ahora ha vuelto a tomar más medicación. Espero que su verdadero carácter aflore de una vez y no se comporte como si todos le hiciéramos daño. Poco a poco, Paco saldrá de este estado y volverá a trabajar y será el de siempre, supongo.

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