miércoles, 5 de noviembre de 2014

Después de mucho tiempo, he recomenzado la novela que yacía en la mesa muerta de aburrimiento. La he leído de una vez por todas y he decidido continuarla. Ya era hora. La vida del escritor no es continua como una línea recta, no siempre escribe, hay circunstancias que se lo impiden pero cuando vuelve a su obra, a la tarea iniciada, le invade una alegría grande porque se parece a volver a encontrarse con un amigo de antaño.
El escritor no sabe si su novela es buena pero siempre decide acabarla para poder apreciarla en su totalidad. Esta novela tiene como un marco que la presenta y luego se viven las aventuras del personaje, unas aventuras un tanto extrañas pero espera el escritor que sean convincentes, alegres, motivadoras y como dijo un gran escritor colombiano, hipnoticen al lector mientras pasan estas aventuras tan desusadas en el mundo cotidiano.
Yo no sé si ganaré dinero con mis obras pero sí que me estoy divirtiendo con ellas, dice el escritor afortunado pero sin fortuna.

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