sábado, 4 de octubre de 2014

Cuando hablo a mi hermano Paco de los males de mi familia, mi hermano me dice que todas las familias están así y no quiere oír ni una palabra más de nuestra familia porque dice que el problema lo tengo yo. Es verdad que yo me he llevado palos por parte de miembros de mi familia y hay comportamientos de miembros de mi familia que me han obsesionado porque yo, a lo que no encuentro explicación, logra obsesionarme. Pero bueno: conozco de oídas historias de divorciados que supongo que la familia que formaron fue imperfecta. Conozco otra familias en que hay muchas discusiones. En fin, veo que las familias son fuente de rencor, de riñas y pasarlo penosamente por desavenencias entre sus miembros. Lo que pasa es que yo tengo una enfermedad de los nervios como se suele llamar a esta enfermedad mía y cualquier asqueroso movimiento de uno de los miembros de mi familia pues eso, me da asco y no sé cómo darle respuesta. A mí, la imposición no me gusta. Yo no impongo nada a nadie. Yo no organizo la vida a los demás y no quiero que me la organicen ni me impongan nada y menos si es absurda esa imposición y va guiada por la puta ignorancia de la cosas. Pero reconozco que las familias viene impuestas: el marido o la mujer, los hijos, los padres... Todo viene impuesto y si el hijo o el padre es un hijo puta pues ya la has jodido.
Y eso es lo que hay. Que a la familia no la elegimos y si en ella hay algún elemento que da asco pues te tienes que tragar el asco porque si no, la familia se derrumba por ese lado. Lo mejor es callar la boca y no tener tratos con ese elemento asqueroso y cuando me quieran imponer algo decir: y una mierda para ti.

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