domingo, 14 de septiembre de 2014

Estos días de estar con Paco me han servido para ver lo bonita que es la libertad. C´est jolie la liberté. La libertad de hacer lo que uno quiere mola cuando no se tiene la obligación de cuidar a un enfermo mental al que le puede entrar cualquier manía.
Me he informado sobre la tutela de los enfermos mentales pero creo que por ahora mi hermano y yo no necesitamos tutela de nadie. Yo y Paco hemos resuelto una crisis yendo a todos lados juntos y cuidando yo de él como debe hacerlo un hermano.
Lo que me jode son las circunstancias de la enfermedad de mi hermano. El gilipollas del conductor pide un taxímetro nuevo y llama a mi hermano a las dos de la tarde, cuando ya íbamos a comer, y le hace recorrer dos centros comerciales. Mi hermano ya no paró quieto en una semana. Luego, este conductor se desentiende de todo y todo lo tiene que hacer mi hermano. Encima el hermano del conductor inepto este le echa la bronca a mi hermano porque dice que la instalación está mal. Si da conmigo había pagado el pato este estúpido y le había mandado a la mierda pero ya. Menudo par de gilipollas los hermanos. Les voy a retirar el saludo a los dos y punto y si me dicen algo les salto lo gilipollas que están.

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