sábado, 23 de agosto de 2014

La gente hace las cosas mal y no se da cuenta porque precisamente las hace él o ella y como dice el refrán: a nadie le huele mal el pedo de su culo. Yo veo gente que persevera en hacer una vida confusa, alocada, sin orden y si no la veo me la imagino. Y si alguien le dice algo al respecto, el alocado dice. ¿cómo? ¿que esto está mal? ¿y por qué? ¿qué he hecho yo?, etc etc. Al que le meten un gol no tiene perspectiva para ver por dónde ha entrado el balón y no se da cuenta si ha sido un error del propio portero o un acierto del delantero. La vida es así. Uno está maleducando a sus propios hijos y se cree que es la mejor manera de educarlos que existe. Uno no lee nunca ni un libro y se cree que es la mejor manera de ser culto. Uno lleva veinte años en la cultura del cubata y se cree que es la mejor vida posible. Pero hay muchas cosas en el mundo a Dios gracias que están ahí y se pueden ver, otra cosa es que los que se miran el ombligo y creen que lo suyo siempre es lo mejor no las vean pero están ahí para disfrutarlas y decir: yo hago esto que es diferente a lo tuyo y creo que tú estás equivocado. Aunque al final no hay nadie equivocado: cada uno hace la vida que quiere y en paz. Eso sí: no pidas peras al olmo.

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