lunes, 23 de junio de 2014

Por fin mi madre está en casa aunque la operan el viernes que viene por última vez. Se han acabado las idas y venidas al hospital para que no estuviera sola. Yo creo que sólo ha estado sola en el hospital los momentos en que mi hermano o yo nos fumábamos un cigarrillo a la entrada del hospital. Ahora ella está muy tranquila aunque tiene en mente la próxima operación. Una médica amiga mía me ha dicho que esas operaciones están asistidas por una técnica depurada y que los avances que se han hecho en este tipo de operaciones son muy grandes.
A propósito de fumar, he leído en el periódico a un señor que dirige un instituto avanzado de lucha contra el cáncer en Francia (Curie, se llama) que si los jóvenes dejáramos de fumar, contando con que yo fuera joven y pudiera incluirme, el 50 % de los cánceres no existirían. Pero el vicio del tabaco está impregnado en ciertos ámbitos de la sociedad y en ciertos espíritus como el mío y es difícil dejar de fumar. Yo lo tengo tan arraigado el vicio que plantearme dejar de fumar ya me cuesta trabajo.

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