jueves, 10 de abril de 2014

Cuando una persona tiene vocación de ser algo en la vida, enseguida lo demuestra en cualquier ocasión. Si le han dado estudios como si no, esa persona valdrá siempre para curar, enseñar, escribir, cuidar niños o lo que sea. Es que lo lleva dentro y no  lo suelta. Pero si una persona nace con el descuido de no saber qué hacer en la vida pues estará en un sitio o en otro y serán sus virtudes las que aflorarán en un sentido o en otro. Si es paciente, aguantará a la gente o a ciertas situaciones. Si es inteligente, triunfará sobre la situación y se aprovechará de ella. Ahora, si la persona no es que no tenga vocación, es que ni siquiera saca a relucir de ella ni una virtud, no dará más que problemas porque caerá en ciento y un vicio fácil y atormentará a los que vamos con una idea en la cabeza de que las cosas deben de ir de una manera y no de otra y esta clase de personas todo lo torcerán y todo lo enredarán para dar problemas. El mundo es así, hay de todo.

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