lunes, 24 de marzo de 2014

Las amistades, si no evolucionan a algo mejor, empeoran. Ya me estaba cargando el tipo con el que me tomo café. Es divertido y todo eso pero me saca diez años y sus bromas ya no tenían sentido y la amistad que nos unía ya empezaba a perder consistencia. Le veré sólo de vez en cuando. Empezaré a hacerme amigo de los libros, que para eso estudié humanidades.
Los libros lo resisten todo: que los abandones, que los leas, que los dejes definitivamente, etc mientras que la gente se pone un poco pesada ya pasado un tiempo. Hay gente que se queda callada en tu presencia y hay gente que hace muchas preguntas y también acaba resultando odiosa. El término medio (gente discreta e inteligente) es muy difícil de encontrar.
No digo que la gente que me rodea no sea inteligente, no. Pero peca de indiscreta. Es el vicio nacional: hablar e inspeccionar a la demás gente que la rodea en vez de leerse libros o hablar de cosas interesantes. Hablar de los demás es de mediocres, dice un refrán.

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