viernes, 28 de febrero de 2014

Cualquier tiempo pasado fue mejor. Cómo acertó el poeta al decir esto. Creo que acertó en lo individual y en lo social o histórico. Cuántos mayores que ven la ruina de la juventud y el desmadre que aparece en titulares en el telediario, echan de menos unos tiempos más tranquilos (independientemente de Franco). Y cuántos cuarentones no echan de menos hoy sus días de universidad, sus días dorados de fútbol con los amigos o de largas conversaciones con las amigas o de exhibiciones en la discoteca o de correrías de fin de semana. Los que ya tenemos una edad pensamos en el pasado como algo bonito que recordar y el presente, como una carga más o menos ligera pero que ya no tiene el esplendor de los días pasados. Es así. El poeta Manrique lo supo ver bien, como otras muchas cosas. La edad va cargando los días de unas obligaciones que antes no se tenían y va cargando de días el carnet de identidad hasta volverlo peligrosamente mayor. Solo disfrutan el presente los que este presente se hace para ellos. Pero debemos ir con los tiempos y asumir nuestra edad y nuestro tiempo. Es ley de vida. Ahora también habrá cosas agradables de las que disfrutar. Ahora habrá que apurar el tiempo como antes lo hicimos pero en otras situaciones.

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