lunes, 30 de diciembre de 2013

Tras una cena tranquila y aburrida en familia, me comeré las uvas y diré adiós a este 2013. En este año, la novela que tengo medio escrita me ha llegado a obsesionar. La he dejado aparcada. En este año, ha habido miles de manifestaciones y huelgas de las cuales muchas han acabado en violencia. La huelga de sanidad ha sido especialmente llamativa: los médicos y pacientes han defendido que la sanidad sea pública, la que es pública y que los políticos no jueguen con la sanidad pública. En la enseñanza, no se ha aceptado ni un solo punto de la ley wert. ¿Por qué los políticos se lanzan a hacer cambios que son malos y los defienden con ahínco? ¿Por qué los políticos se meten donde no les llaman? ¿Por qué provocan las iras de profesionales y usuarios de los servicios públicos?
Los políticos crean problemas donde no los hay, eso es obvio y hay que luchar contra ello. ¿Por qué no estos políticos todos corruptos no se van a tomar por culo y vienen otros que puedan decir que no se han llevado nada de las arcas públicas? Todos tienen chalecitos de dudosa adquisición, todos trincaron. ¿Hasta cuando vamos a tener que aguantarlos? Creo que hasta que se mueran como a los dictadores, en eso se parecen a Franco, tanto los de izquierdas como los de derechas.

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