miércoles, 4 de diciembre de 2013

Los jóvenes de ahora que tienen la suerte de tener un trabajo del que sacan un buen dinero porque están en la edad de trabajar también están en la edad de gastarlo todo y no pensar en un futuro que les concierne a ellos pero que no se dan por aludidos. Y luego las deudas estructurales que acumulan cada cierto tiempo las tienen que pagar los abuelos porque sus padres tampoco tienen dinero.
Y ya está bien que esos jóvenes, que viven en casa en propiedad o alquilada, vayan a comer por turnos a casa de los abuelos, de sus padres y no tengan tiempo de hacer unas sopas de ajo porque no saben hacerlas y nunca han intentado hacerlas para no tener que molestar a nadie. Lo digo porque estos jóvenes presumen de independencia, de saber estar y de saber hacer y lo único que saben hacer bien es vestir de marca y emborracharse como idiotas los fines de semana. Luego gastan una forma de ser muy distante y fatua como si fueran algo y son lo más tonto del mundo entero y lo veremos al cabo de unos años.

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