miércoles, 4 de diciembre de 2013

A mí me gusta la gente legal: si eres camarero creo que debes comportarte como un camarero; esto es, ser servicial sin perder tu dignidad. Si eres taxista, debes conocer bien los caminos de la ciudad y tratarme como corresponde. Si eres cantante debes entretenerme y gustarme con tus canciones sin dar la lata. Si eres profesor debes enseñarme con todo el poder de tu palabra y tu ejemplo. Si eres cura, debes decirme la palabra de Dios y ayudarme en la fe que yo pudiera tener. Y si eres amigo mío, debes confiar en mí y yo en ti y debemos estar alegres cuando estemos juntos y me debes echar una mano (por ejemplo, escucharme) cuando tenga una dificultad. Así con todo. La mentira todo lo enturbia, el engaño todo lo pudre, la falsedad asquea la relación. De los hijos de puta ya nos libraremos porque se los ve venir pero si vas de legal y me haces la púa, te hago la cruz enseguida y a mí no me vuelves a hablar. Hay gente que son falsas, van vestidas de lo que no son y persiguen solo el interés. A esas, las quiero lejos porque estar a su lado me produce enervamiento y muy muy mal rollo. 

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