viernes, 20 de septiembre de 2013

Aristóteles habló de que el ser humano es un ser teleológico; o sea, que vive para un fin y ese fin, dijo también este antiguo filósofo, era ser feliz. Pero ser feliz es un término muy absoluto, tan absoluto que casi resulta incomprensible.
¿Cómo se es feliz? De muchas maneras y en muchísimas circunstancias muy distintas. Tantas como seres  y circunstancias hay en el mundo.
¿Cómo se es infeliz? Es la misma respuesta que para ser feliz.
El caso, yo creo, es saber ser feliz y saber ser infeliz en la vida venga esta como venga.
Parece paradójico pero hay gente que no sabe ser feliz y lo tiene todo para serlo.
Y hay gente que siendo infeliz a ojos de los demás, por dentro se está relamiendo de gusto y de felicidad.
¿Por qué? porque ser uno feliz o no depende mucho de la voluntad de cada uno y de la circunstancia o de ese maldito dinosaurio de Monterrosso que siempre está ahí cuando nos despertamos de la siesta. Pero hay una excepción: un esclavo no puede ser feliz ni en sueños. No nos esclavicemos pues o no dejemos que nos esclavicen.

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