viernes, 26 de julio de 2013

Según ese taxista bien informado llamado Ferrero, con el que hablé de Ghandi y a lo mejor es el único con el que puedo hablar de Ghandi de modo político con propiedad, dijo que aún siendo él catalogado como de izquierdas no deja de reconocer que su padre, con Franco, vivía veinte veces mejor que él.
¿Y por qué?
Porque su padre, teniendo poca libertad política, tenía una libertad económica que le permitía criar a tres hijos, pasar unas buenas vacaciones y disfrutar de bastante tiempo libre.
Si Franco fue muy represivo, no dejarían de haberlo sido las izquierdas de haber ganado, creo yo.
Luego, Franco inmovilizó cualquier idea disidente en el pueblo e impuso el trabajo como toda religión.
¿Que todo el mundo iba a la iglesia con Franco, que todo el mundo estaba oprimido por la guardia civil?
Bien está. Yo tengo un padre de 83 años que también añora la época de Franco. ¿Por qué? porque esta libertad de pacotilla que ha venido es una puta mierda y les doy la razón al taxista presunto izquierdista y a mi padre, si me pongo a comparar.
Dice un refrán malayo: la proporción de las cosas place a la vista.
Ahora no hay proporción. Nada más que ladrones y libertinaje.

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