miércoles, 15 de mayo de 2013

Para aclararme unas ideas y unos comportamientos de un amigo, voy a hablar de mi amistad con él y de un periodo de tiempo bastante largo. Procuraré escribir todo tal como pasó tratando de no justificarme sino de poner todo aquello que pasó entre Jose Mari y yo.
Yo conocí a Jose Mari en el IES San Cristóbal de los Ángeles, instituto difícil donde los hubiera. Me dio su teléfono y le llamé y empezamos a quedar por la sierra de Guadarrama, por donde hacíamos excursiones. Fui a un montón con él, con unos amigos o con otros y solíamos hablar de los destinos que nos daban siendo los dos interinos, yo de lengua y él de matemáticas. Cuando lo conocí sería el 2005. Cuando le recriminé su comportamiento conmigo ha sido en 2013, el año actual.
Yo conocí a Eva y ella y yo hicimos algunas excursiones con Jose Mari. Luego Jose Mari conoció a Gabriela, con la que se casó.
La primera vez que yo vi a Gabriela fue en una vuelta enorme que dimos en coche para ver no sé que pueblo. Gabriela no dijo  que Jose Mari era su novio. Jose Mari tampoco dijo que ella era su novia. Bueno, la verdad es que esta chica no dijo en todo el trayecto al pueblo aquel esta boca es mía. Luego quedé en Villalba un día con Jose Mari en que Eva y yo estábamos por dejarlo y luego Jose Mari me advirtió que "la situación era viciosa" y yo la dejaría más de una vez pues habíamos dejado la relación Eva y yo varias veces.
La segunda vez que yo vi a Gabriela, mi situación era la siguiente: en el verano de 2010, yo eché de la casa de alquiler a Eva, luego nos habíamos vuelto a juntar. Yo estaba pasándolo fatal en el instituto "Leonardo da Vinci" porque era incapaz de dar clases por mi enfermedad. Y lo que hizo Gabriela, sin conocerme de nada, ni conocerla yo de nada, fue echarme una perorata sobre lo importante de ser profesor y no dejar de serlo y cómo había tratado a Eva, que qué mal. Aquel día yo estaba deprimido y precisamente no necesitaba peroratas de ese tipo. Recuerdo el paseo por el camino Smichdt como una sarta de malentendidos pues yo no conocía a esa chica de nada ni ella a mí ni a mis circunstancias personales pero se hizo la importante y la mandamás, creyéndose con derecho a meterse en la vida de los demás y de arreglársela.

Luego estuve un tiempo grande sin verlos. Quedamos una vez en Navacerrada a cenar pero Gabriela seguía sin dar ningún dato de su vida. Habló de política y otras cosas pero seguía a su aire, sin hablar de ella para que pudiéramos conocerla. Yo sólo sé que es de Alicante y que trabaja en un hotel. Jose Mari me contó que tenía deudas y que compraba muchos trajes.

Luego, todo se fue en unas conversaciones telefónicas en que Jose Mari, al yo decirle que estaba de baja por una depresión, me saltó con que él se había gastado 300 euros en un cerrajero. Me quedé sorprendido de esa contestación pero no le dije nada. Más tarde, cuando yo seguía de baja me llegaron a decir que si cobraba una pensión no podría ya trabajar más para la administración y cuando intenté incorporarme al curso siguiente en El Escorial y no pude seguir dijeron que era una falta de respeto a los demás compañeros  profesores darme de baja.
En ningún momento se dieron cuenta de que yo tenía una enfermedad.
El caso es que Jose Mari se casó con Gabriela y tuvo una hija y dejó de llamarme al menos durante medio año que no supe nada de él. Luego me mando un sms diciendo que había nacido su hija. Luego llamé yo y me enteré de que perdió al otro mellizo en las entrañas de Gabriela, que habían venido por Puerta de Hierro en Majadahonda un montón de veces pero nunca quedaron conmigo y al decirle yo que estaba cobrando la pensión me dijo: "a ver si celebramos tu jubilación" como si él no tuviera nada que celebrar.
Hace un mes más o menos yo le llamé porque estaba harto de discutir con Eva que si se habían portado mal o bien conmigo y le canté la gallina a Jose Mari, echándole en cara todo lo que me dijo sobre mi pensión, mi enfermedad y los embustes que crearon para confundirme. Le dije que no tendría muchos amigos si los trataba como me había tratado a mí y no le di opción a contestar.
Le dije que eso se lo decía para quedarme a gusto.
Si me llama, será señal que es un buen amigo.
Si no llama, es que no le intereso un pimiento y como yo digo, no se puede estar al plato y a las tajadas.

Lo que creo es que se acabó mi amistad con ellos principalmente por culpa de Gabriela, que se metió donde nadie la llamaba a arreglar la vida de los demás sin tener ni puta idea de lo que decía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario