martes, 28 de mayo de 2013

El mundo es tal cual es y si te despiertas con la sensación de que no puedes cambiarlo o por lo menos no puedes cambiar ese mundo que a ti te concierne, peor para ti, porque el mundo sigue ahí.

Como el dinosaurio de Monterrosso, sigue ahí.

Quizás no elijamos nuestro modo de vida en el 50% de los casos pero tenemos que vivir, estamos obligados a vivir.

La mañana es gris, el viento azota nuestra cara como si de niños se tratase y todo es muy desagradable. Lo bueno es que estamos vivos y podemos cambiar algo nuestro presente.

Lo que está claro es que ya no podemos apelar a otras instancias para que nuestro mundo cambie. O nos resignamos a vivir una vida desagradable o intentamos cambiarla dando algún paso.

Me hacen gracia esos anuncios de gente sufriendo en otros países. ¿Es que no sufrimos los que estamos en este primer mundo?

También me procuran cierto escepticismo aquellas imágenes de famosos riéndose como si no hubiera otra cosa que hacer. Creo que en el fondo sufren como el común de los mortales. Lo que pasa es que ellos son especialistas en vender sonrisas.

Todo el mundo sufre y la felicidad es pasajera. Poco rato se disfruta de la despreocupación de la felicidad. Siempre hay problemas a los que hacer frente. La vida en general, el mayor problema.

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