miércoles, 17 de abril de 2013

Las horas se me hacen eternas. Han cambiado la hora, ha venido el sol y el calor, las horas se alargan. Busco entretenimientos. Entretenimiento para mí es una palabra mágica. Otra palabra mágica es en estos tiempos trabajo. Trabajo o entretenimiento es lo que buscan millones de personas sin encontrarlo. He leído un aforismo que dice que para matar el aburrimiento, lo mejor es el trabajo, el placer sólo es un lenitivo.
Yo me apuntaría a un bombardeo.
Esto que escribo no es más que un entretenimiento que quiere ser algo racional, expresar una idea.
Los mayores se mueren a los 90 ó 100 años. Hay paro. Hay mucho dinero negro, mucha economía sumergida.
Estamos en una situación, a mi parecer, muy delicada. Si esta situación no se revierte, la economía hará crack.
Todo empezó con Felipe González, al que le dijo Helmut Khol que estaba creando un ejército de vagos.
Con el felipismo rampante, los jóvenes se engancharon a la droga (el que no esté colocao que se coloque) y no trabajábamos. Yo no me enganché a la droga porque no seguí la directriz del felipismo y de la movida.
Acabé una carrera y fui profesor pero ya con los populares. Aznar creó empleo. Tuvo a la población entretenida o trabajando aunque se creara la burbuja inmobiliaria. Luego vino el 11 de marzo.
A un pueblo como el español, si no le tienes entretenido puede inventar mil diabluras.
Ya nadie cree en la política. La política son cuentos. La gente quiere trabajo remunerado para comprarse una casa y tener algún niño. Pero la economía no está para eso que parece tan humano y normal como comprarse una casa y tener un niño.
Entra la droga en España que es un primor. La gente se droga. Otra vez.
La luminosidad del sol me hace daño a los ojos. Las horas que se alargan me torturan el ingenio de modo continuo y cruel. Yo ya no soy quien era. Habrá que aguantar sin drogarse. El felipismo duró mucho, muchísimo y el zapaterismo también.
Vamos dando pasos en las sombras.

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