jueves, 4 de abril de 2013

Este año, la semana santa ha caído exactamente en los cuatro días últimos de marzo. Yo quería irme al pueblo a descansar del Aburrimiento de la ciudad, de la puta rutina. Pero el miércoles los médicos del hospital llamaron a mi madre para ponerle un marcapasos. Había estado lloviendo todo el mes, así que la gente estaba harta de tanta agua. Yo no fui a la operación pero cuando mi madre estuvo en la habitación, la visité. Con el asunto de la operación, nos íbamos juntando toda la familia. En el hospital vi a mi hermano mayor, que montó una tontería por lo del brazo de mi madre. A mi hermano mayor no hay quien le diga nada, enseguida se sale de madre, está nervioso. Antes de la operación de mi madre estuve yendo con una amiga a una psicóloga hasta el quinto pino en metro y acabé hasta el gorro de esa mujer porque encima de que la acompañaba, tuve que pagarle el metro y me pidió prestados 50 euros y lo peor es que es rica, tiene muchos pisos en alquiler pero las hijas no le dan nada porque todo lo gasta. El caso es que he acabado quemado de esta tía cantamañanas. Ya no me llama, seguro que se ha dado cuenta que ha abusado de mi generosidad.
El jueves santo estuve desde las 10 a las 14 en el hospital. El viernes santo fui de entierro de la abuela de mi novia. El sábado estaba hasta el gorro de la lluvia y de la semana santa. Me fui al Retiro después de comer pero antes tuve que aguantar al hijo de mi hermano mayor, que tiene una cara que se la pisa y yo creo que, junto con su hermano pequeño, van a dar muchos problemas.
El domingo estuvo mejor, más tranquilo pero el lunes día 1 de abril me sentía angustiado, nervioso y desconfiado de toda la gente. Estaba irritado. Me obsesioné con mi sobrino o con mis sobrinos y también con mi hermano mayor, creyendo que iban a traer males a la familia. Miré en el internet la palabra psicópata y la apliqué a mi sobrino. El sábado por la noche primero me dijo mi novia que salía y luego no salió así que el domingo fui yo solo a Las Rozas para que viera que no se hace eso, dejar tirado a un novio. El caso es que aunque la tarde del domingo estuve yo solo, no me sentía mal. Fue este lunes cuando empecé a sentirme mal, con angustia, irritación y asco hacia los demás. El martes siguió esa angustia a ratos y ese malestar. Ayer miércoles tomé una pastilla por la noche de las que me quitó la médica y he dormido muy bien porque estos días tardaba mucho en dormirme dando vueltas a la cabeza.
Me irrita todavía Elenita.
Me irritan mis sobrinos. 
Me irrita mi hermano mayor.
La que no me han irritado y la que verdaderamente ha hecho algo por mí en esta historia es mi hermana que ayudó mucho en casa y en todo lo concerniente con mi madre. Los demás han estado maleducados y estúpidos.
La última bronca la tuvimos Paco y yo porque Paco no hacía las cosas de casa y lo discutimos en familia.
Pero después de todo no estoy muy mal y espero que se me pase esta irritación o malestar. He pensado ir a la psiquiatra a ver que me decía pero a lo mejor lo dejo pues tengo cita con ella el día 19 de este mes. Si me pusiera peor, iría.

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